LOS ESTEREOTIPOS IN SAECULA SAECULORUM
Este es un artículo que escribo más como un acto de relajamiento
y de la rutina de escribir “rewiews” de discos, para traer un tema que bien
puede resultar algo chistoso por su contenido, pero que encierra muchos aspectos
de una sociedad como es la latinoamericana en general, que aún no está lista
para tolerar maneras diferentes de pensar y de sentir. Todos los que escuchamos
metal con bastante frecuencia, hemos adoptado varias estéticas a lo largo de
nuestra existencia, como el pelo largo, la consabida calvicie forzada en más de
uno, los tatuajes y piercings con diferentes simbologías, bien sea de la mitología
mundial, o bien sea el logo de un grupo musical. Todo lo anterior sumado a la
ropa de colores oscuros, preferiblemente de color negro, sumado a nuestras
camisetas provocadoras e insinuantes sobre aspecto de la muerte y ocultismo.
Después del panorama anterior, al salir de nuestras casas,
nos sentimos observados con bastante inquietud y un halo de miedo en las
personas que nos observan. Es como si tuvieran miedo al acercarse, y con su
mirada nos estuvieran diciendo: “tú no eres de este mundo”.
Si descubrieron el tema del cual les estoy hablando, me
place felicitarlos, si no, déjenme recordarles que estamos hablando de los
estereotipos en los que escuchamos metal, eso mismos que de alguna manera nos
encasillan y tachan como personas no gratas para muchas personas, incluso para
nuestros familiares y seres queridos.
Estamos en una sociedad, en la cual al que es diferente, se
le mira con recelo. Lo digo desde la experiencia acumulada por más de 15 años
escuchando este género musical, del cual me ha traído más alegrías que
tristezas. Toda esa desconfianza se la debemos agradecer en parte a los
mediocres medios de comunicación, los cuales ya conocen, y que en su mayoría están
manejados por grandes emporios empresariales, a los que solo les preocupa llenar sus bolsillos a
cambio de embrutecer a las masas.
Al “metalero”, no solo se le juzga por su forma de vestir,
sino muchas veces por su actitud y comportamientos frente a la sociedad, por no
comportarnos como seres comunes, y ser agresivos ante una comunidad erguida
desde la doble moral, lo que no está bien visto, y los supuestos buenos
modales. En cuanto a la religión ni se diga, hay muchos de nosotros que son
ateos, gnósticos, y demás aglomeraciones religiosas, en donde vestirse de
determinada manera, no es adecuado para ciertos rituales y ceremonias. Yo me
considero católico, algo de lo cual estaré orgulloso por siempre, pero me
encanta el metal y varias de sus vertientes, independientemente de su
naturaleza y creencias.
Respecto a lo anterior dejo la siguiente pregunta en el
aire: acaso tengo el criterio de señalar a los demás, solo por el hecho de creer
en un Dios diferente al mío?, en qué grado afecta a los demás mis creencias?,
porque los demás creen tener el suficiente derecho de apuntar con el dedo algo
de que supuestamente para ellos no está bien?
Estos son algunos de los señalamientos los cuales somos
constantemente victimas por una sociedad caricaturizada y maleable, carente de
un punto de vista definido para muchas ideas y pensamientos, a la merced
siempre de las grandes potencias, indicándonos como debemos vestir, en que
debemos creer, y hasta que tenemos que comer, volviéndonos esclavos de sus
productos y de su miserable estilo de vida.
El metalero se puede encasillar en un tipo de comportamiento
“quid quo pro”, contrapartida en latín. Y analizando un poco este contexto, vivimos
siempre luchando contra la sociedad, sus valores y su hipocresía. Este quizás es
uno de los puntos de partida para varias de las composiciones en diversas
agrupaciones. El descontento es generalizado y canalizado en varias formas,
bien sea más abstractas, como es el caso de géneros como el Gothic, el Black
Metal, el Doom, entre otros, o más
directas como en las agrupaciones de Death Metal o Thrash. Para las personas
como nosotros, todo se deriva de la sencillez y la honestidad, la franqueza con
la cual se abordan los diferentes aspectos de la vida, como nos enfrentamos a
los diferentes problemas, pero siempre dando la cara, mas no nos escondemos. Es
por ello que cuando sacamos las miserias humanas, y las reflejamos a ellos,
reaccionan casi siempre con miedo y zozobra. Por eso mismo nos hemos ganado
detractores y enemigos, enemistades y antipatías por doquier, sencillamente porque
los demás nunca van a ver con buenos ojos la verdad. Bueno ni hablar como nos
ven en una fiesta, como tratan de hacernos a un lado, o como nos valoran menos
que un fetiche, en un supermercado o en un centro comercial, hablan detrás de
nosotros y tartamudean comentarios mal intencionados, sin el más mínimo
conocimiento de nuestra cultura. A lo anterior debemos agregarlos los calificativos
como satánicos, peligrosos, delincuentes y demás. Parte de ello de un pueblo
ignorante y sometido.
Gracias a todo ello, algunas veces debemos escondernos o
camuflar nuestra ira condensada al mundo, para poder ganar dinero para nuestra subsistencia,
gastos, diversión, música, conciertos etc. Hasta cierto punto aceptar que
estamos en un mundo globalizado y tolerar muchas cosas. Pero nunca doblegamos
nuestro carácter y nuestra forma de ser, y eso lo vemos en muchas de las
agrupaciones, que son fieles a su forma de pensar y se aferran cada vez más con
el paso del tiempo, a pesar de que su música evolucione en diferentes sentidos.
Por otro lado, como si no fuera suficiente con el matoneo
social sufrido, encasillamos muchas veces a los que escuchan nuestro tipo de música,
creyéndonos mas que ellos, tomando actitudes arrogantes e infantiles. Esto lo
vemos muchos en los conciertos y la actitud arrogante de los artistas a los
fans. Esto es producto de los efectos separatistas de la sociedad ignorante, la
cual nos rodea todos los días.
Después de todo lo anterior mencionado, la pregunta que nos
viene a la cabeza es la siguiente: cómo vamos a reaccionar con todo esto?, como
vamos a actuar para que nos miren con más respeto?. Esta es una pregunta que se
contesta de manera muy particular, cada uno de nosotros tiene una respuesta
diferente, por lo cual es difícil generalizar una posición. Ahí está el
detalle, es esa pluralidad la que nos caracteriza al mismo tiempo, porque
muchos de nosotros hemos entendido que no podemos hacer a los demás bajo su imagen
y semejanza, no podemos hacerlos seres humanos bajo mi forma de pensar y sentir. Me atrevo a decir que el
metal tiene una riqueza cultural más grande que el mismo rock, y eso es lo que
la sociedad no ha logrado entender con el paso del tiempo.
Espero que esta pequeña reflexión de una realidad que está
lejos de desaparecer, les haya gustado. Nos queda por el momento hacer frente a
todo ello, a partir de nuestra esencia como personas, sin herir, sin golpear y
humillar. No hay necesidad de eso, además que nos ponemos en la misma sopa con
ellos, y la verdad somos un punto aparte. No somos mejores ni peores, solo
somos un punto aparte en un mundo aparte.
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