EL DIA QUE FUI DESPEDIDO

A partir de ese momento, sucedió que ya no hacia parte de la
compañía, y me solicitaron en ese mismo instante que entregara mis carnets de
acceso y recogiera mis cosas del escritorio de inmediato; para esa actividad
solo me dieron cinco minutos, minutos en los cuales, la coordinadora de trabajo
estuvo vigilante que no tocara el computador y que recogiera la mayoría de las
cosas y las empacara. No se me permitió despedirme de mis amigos, tampoco poder
hacer una entrega de mis actividades a mi otro compañero, que se supone va o
iba a cubrir mis actividades. De esta manera la supervisora me escolto a la
puerta, dejándome solo y todo empacado, dejándome en claro con un mensaje tácito
que no volviera a entrar jamás.
Antes de continuar con este relato, debo mencionar que no se
hará referencia a la compañía, ni a las personas involucradas, pues mi objetivo
no es señalar a las personas, sino denunciar un hecho para que no vuelva a
ocurrir.
Dicho lo anterior, los momentos siguientes me sentí con un
perro, como si hubiera sido un ladrón que se robó algo de la compañía que no lo
devolvió, y cuyo acto de supuesta deslealtad, me hubiese marcado para ser
despedido de tal manera. Ni siquiera me dijeron las verdaderas razones por las
cuales había sido despedido, solo se limitaron a decir que se había terminado
el contrato, y que recursos humanos no lo va a renovar. Tome un poco de aire, y
entre la satisfacción que me producía, haberme librado de un yugo de jefes y de
desórdenes administrativos, en los cuales, las cabezas bajas y los que hacemos
parte de la comunidad obrera vestidas con sastres y ropa medianamente casual,
terminamos pagando los platos rotos, los cuales se nos señala por parte de los
jefes de todos los errores operativos que sucedan, para poder cubrir su falta
de coordinación. Al mismo tiempo tenía la certeza que iba a ser un número más
de las falsas estadísticas de desempleo que adorna el DANE, para dejar bien al
parado al gobierno son su ineficacia e inequidad social. Para aquellos que nos
leen de otros países, DANE son las siglas de Departamento Administrativo
Nacional de Estadística en Colombia.
Fui a almorzar a la cafetería del edificio por última vez,
al lado de un televisor que anunciaba las típicas noticias amarillistas de los
muertos, los robos y las masacres, y me encontré con una compañera a quien me despedí
de ella y le conté lo sucedido. Me desahogue en ese instante, lo que no pude
hace antes, ya que no estaba preparado para ese golpe sustancial que me dejo
noqueado en una pelea que esta vez Goliat gano a David. Solo que será una
victoria breve.
Después llegaron los demás compañeros, con la perplejidad
que les trajo aquel suceso, y entre el morbo y la nostalgia, hipócritamente se
despidieron uno tras otro, para no volverlos a ver. Las frases más rimbombantes
en aquel momento fueron: “que embarrada”, “que mal”, “no lo puedo creer” y “que
injusto”. Son solo comentarios anecdóticos, sazonados con miradas de
desconcierto y miedo. Por mi lado, a pesar de la sensación que tenía, me sentía
bien y lleno de valentía, porque entendí que mi ciclo había terminado, y era el
momento de iniciar otro. Luego me dirigí a recoger mi bicicleta y emprender el
camino a mi hogar, en donde tuvo que enfrentar a mi familia con la noticia,
algo intempestiva, ya que mi hermana la habían despedido de su lugar de
trabajo, y ambos somos los que sostenemos los gastos del hogar.
Ya contada toda esta historia, a continuación voy a hacer
una serie de reflexiones que quizás a ustedes les sirva también para sacar las
cosas buenas y malas como lo he venido haciendo en la transición de los
presentes días. Esta situación realmente para mí no es nueva, no me sorprende,
solo me deja más enseñanzas que las tuve anteriormente con esta dantesca
escena. No hay que armar una tragedia en un vaso de agua, no hay que
desmoralizarse, no hay que tirar la toalla, simplemente es una piedra que se
nos interpone en el camino, y solo debemos cruzar. Cuando tienes la certeza que
nadie te va a ayudar, que tus familiares te dan la espalda, que mucha gente se
aleja de ti, y no te da un mísero consuelo para afrontar esta situación, es
cuando realmente comprendes que está casi solo (solo tenemos un arquitecto de
la vida que nos acompaña, llámenlo simplemente Dios), y debes luchar contra
viento y marea para no estar muerto tirado debajo de un puente pidiendo
limosna.
Otra de las cosas que empiezas a comprender, es que tienes
una familia cuyo apellido supuestamente tiene un asqueroso linaje, que se puede
utilizar como papel higiénico para botar en el inodoro y bajar la cisterna del
mismo. Nadie de ellos te ayudara porque eres un proscrito para ellos y lo serás
por siempre. Debes sacar la fuerza de donde no la tienes para luchar y seguir
adelante, mirar hacia el mundo, demostrando todo tu coraje y orgullo para
hacerte un hueco en el mismo. Fue como de esta manera obtuve un título y una
tarjeta profesional, que solo espero me sirvan para obtener experiencias y que
las cosas dejen de ser tan luchadas como lo han sido.
No es el fin del mundo y no es el mismísimo “Armagedón”, si
tienes un poco de maíz pira y una agua de panela, como a mí en ocasiones me
toco comer, date por bien servido, recuerda que hay mucha gente que se acuesta
con el estómago vacío y que no sabe si mañana amanecerá.
Pase lo que pase, no dejes que las compañías nacionales y
multinacionales te subyuguen, te sometan, te arrinconen por no ser una rata de
laboratorio que hace excelente su trabajo y terminen de matar tus sueños y
tranquilidad a cambio de unos pesos. No dejes que la incompetencia de las
cabezas de una organización, te llenen de estrés como me paso a mí, que me toco
tomar más de 40 gotas de Valeriana para poder soportar las inclemencias del mal
funcionamiento de los sistemas, que finalmente son atribuidos a los empleados,
y así los jefes se sacuden la suciedad y quedan totalmente limpios.
Hubiese
podido llegar más alto en esa organización si hubiera querido, si me lo hubiera
propuesto, pero resulta que la verdad para ellos no es tan importante. Por lo
que fui víctima de la sinceridad, de no prestarme para sus juegos de Lobby
interno, o el típico lambetazo a los superiores, para congeniar con ellos, y
ser perdonado por mis errores. Mi mama siempre me enseño el valor de la
honestidad y admitir las culpas, responder ante los errores con la cabeza en
alto. Muchos de los que quedan allá, trabajan con la cabeza agachada muchas
veces por la necesidad de sus familias, pero aun así me negué a ser humillado.
Por eso cuando tuve la oportunidad de expresar lo que les quería decir en la
cara, no desaproveche la oportunidad de hacerlo, a sabiendas que me podría costar
mi puesto, pero es mil veces preferible esa posición que ser un hipócrita y
mediocre ser humano.
¿Después de esto que queda?, nada. Solo seguir adelante con
mi proyecto de vida, porque ella sigue adelante con nosotros, esperando que
seamos valientes y luchemos por nuestra felicidad y nos acobardemos ante esta situación.
Escribo estas palabras articuladas con mis pensamientos, con
la finalidad que se lleven un mensaje para sus vidas y se den cuenta que nunca
hay que darse por vencido. Realmente hay cosas peores que esto. Estoy vivo y es
un milagro que celebro cada día más y más, un día para luchar existir y vivir.
Puchecito....mejores cosas vendrán. Fresco que como usted mismo lo dice la vida continua y renunciar a un trabajo o bueno en su caso salir despedido sin haber hecho algo verdaderamente "malo" para justificar esta acción, es solo una etapa que termina. Mejores cosas vendrán. Dios no desampara y si, aveces aprieta pero no ahoga. Adelante amigo mio y un abrazo.
ResponderEliminarSiempre te he dicho" INDEPENDICESE" y no te sientas ofendido porque desisten de tus servicios,
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